Escritor: Dr. Martin Price
Publicado: 1/4/2010


Existen muchos factores que complican el trabajo agrícola, la salud de la familia y la nutrición cuando uno o más miembros de la familia son VIH positivas o tienen entre ellos un caso de SIDA. Además de quienes se encuentran enfermos, hay otros en la familia y en la comunidad que son afectados por las consecuencias de su enfermedad. Esta comunidad más amplia es conocida como Personas que viven con el VIH/SIDA (PLWHA por sus siglas en inglés).

Mientras buscamos nuevos enfoques y maneras prácticas de brindar opciones agrícolas y nutricionales para personas pobres con VIH/SIDA, hemos tratado de pensar alrededor de esta pregunta: ¿En qué se diferenciarían las actividades en la finca para las personas PLWHA? Aunque este artículo no incluye una lista exhaustiva, prestamos especial atención a las siguientes áreas.

Disminución en la capacidad de trabajo de la familia

Una vez que un miembro de la familia (por lo general un pariente) pasa de ser solamente positivo para VIH a enfermarse con SIDA, la capacidad de esa persona para realizar trabajos agrícolas disminuye gradualmente. Esto significa que los miembros saludables de la familia deben hacerse cargo de esta carga adicional de trabajo. En muchos casos el cónyuge también está infectado y se enfermará.  Si los miembros sanos de la familia no pueden manejar la carga adicional de trabajo, se tendrán que realizar algunas actividades productivas en forma menos adecuada o dejarlas de hacer.

Quizás la familia pueda necesitar cambiar a otro sistema de producción que involucre menos trabajo. Un enfoque, por ejemplo, podría ser cultivar vegetales perennes (ver el próximo artículo) como componente de huertos para la cocina.

Los conocimientos sobre la producción agrícola quizás no se transmitieron al resto de la familia

En los casos donde los padres de familia son diagnosticados con VIH/SIDA, cabe la esperanza de que tendrán suficientes años de vida por delante como para que las habilidades productivas puedan ser traspasadas a sus hijos. Cuando esto no sucede, la finca puede ser manejada en el futuro por jóvenes que tienen solamente un conocimiento parcial de las actividades agrícolas diarias y de temporada que deben llevarse a cabo.

En ECHO por lo general le decimos a los visitantes que se están preparando para trabajar con pequeños productores que necesitan comenzar su trabajo aprendiendo de los productores, ya que todos ellos saben cómo sobrevivir. Yo a menudo digo, “Si alguien me quitara mi pasaporte y dinero en efectivo y me pusiera en una finca de dos hectáreas en un ambiente tropical difícil creo que sobreviviría. Pero la razón de esto sería que haría amigos rápidamente con los productores locales que han aprendido a lo largo de generaciones cómo sobrevivir en ese lugar. Una vez que aprendiera lo que ellos saben, después de algunos años, probablemente podría ayudarlos a mejorar sus prácticas agrícolas”.

Pero los cooperantes en desarrollo agrícola que van a ayudar a niños huérfanos encaran una situación diferente. Los huérfanos puede que no tengan una base de partida con conocimientos adecuados para la supervivencia. Estos productores jóvenes pueden ciertamente necesitar capacitación muy básica en cosas que sus padres conocían bien y que sus vecinos quizás aún conozcan. Algunos vecinos ayudarán, pero como han señalado algunos delegados a nuestros talleres, existe tal estigma con relación al SIDA que algunas veces suceden cosas muy poco amables a los herederos de una finca.

Esto significa que las personas que hagan trabajo agrícola y nutricional con huérfanos de SIDA pueden necesitar abordar la educación agrícola a un nivel más básico de lo que normalmente forma parte del trabajo para el desarrollo.

Los ingresos son menores que antes

Ya hemos considerado que la productividad de la finca y presumiblemente los ingresos tienden a caer en la medida en que uno o más miembros de la familia experimentan una disminución en sus habilidades para desempeñar trabajos agrícolas. Existen otros factores que también pueden reducir los ingresos familiares.

Las necesidades nutricionales son mayores para una persona con SIDA que para un individuo saludable. El paciente de SIDA necesita la misma cantidad de nutrientes que requiere una persona saludable, pero más energía. Hemos leído que una vez que la persona está infectada con el VIH, pero antes de que aparezca algún síntoma, la energía diaria que necesita para combatir el virus y permanecer sin síntomas se incrementa en alrededor del 10%. En la medida que la enfermedad comienza a afectarle, el individuo puede que no pueda ya mantenerse sano comiendo solamente alimentos baratos “llenadores de estómago” que son básicos en la comunidad. Ahora son necesarios alimentos más caros que contienen una mezcla más balanceada de nutrientes. Esto reducirá aún más los ingresos familiares. Una persona con un caso activo de SIDA utiliza cerca de 10-30% más de energía diariamente para luchar contra la enfermedad y mantenerse vivo. Un niño con SIDA activo que esté en la etapa de pérdida de peso necesita cerca del doble de calorías que un niño saludable.

Los gastos médicos representan una presión adicional en los ingresos familiares. Para pagar por los gastos médicos la familia quizás venda algún ganado o alimentos, incluso parte de la tierra, disminuyendo más la capacidad de la familia de tener acceso a ingresos y nutrición adecuados.

Algunas veces los alimentos y las medicinas tienen que considerarse al mismo nivel

Las medicinas antirretrovirales (ARV) para combatir el SIDA son muy fuertes y trabajan mejor en individuos bien nutridos. Se nos ha dicho que cuando se les suministra a pacientes significativamente desnutridos las medicinas pueden causar serios daños, incluso la muerte.

Hemos escuchado de casos donde ha habido dinero disponible para las medicinas ARV pero no para mejorar la nutrición. Piense en los alimentos como si fueran medicinas cuando planee un proyecto para suministrar tratamientos antirretrovirales. Los alimentos deben hacer mucho más que solamente provocar que el paciente se sienta satisfecho, también debe proporcionar todos los nutrientes importantes. Tal como lo hemos señalado, en esta etapa de la enfermedad los ingresos familiares pueden ser tan bajos que no es posible mantener ese tipo de dieta alimenticia. En ese caso, el programa de suplir dinero para las medicinas necesita también suplir dinero para alimentos complementarios. (Un factor de complicación es que el padre de familia afectado probablemente comparta los suplementos alimenticios suministrados con el resto de la familia. Esperar que el programa proporcione alimentos solamente a una persona quizás no sea ser viable).

¡Nota de precaución! Piense cuidadosamente sobre dirigir cualquier iniciativa agrícola o nutricional en la comunidad específicamente hacia las personas PLWHA. Probablemente cada opción mencionada en este artículo puede beneficiar a otras personas pobres y posiblemente desnutridas. De manera que promueva dichas iniciativas principalmente en el sentido amplio de beneficiar a todos los que puedan asistir, y de manera secundaria como un alimento o técnica que sea además útil para los pacientes de SIDA. El estigma del VIH/SIDA se siente tan fuerte en algunas culturas que los esfuerzos para promover un nuevo alimento o técnica específicamente para PLWHA pueden resultar estériles.

ECHO recientemente escuchó sobre una comunidad en el este de África donde el grano de amaranto, un cultivo altamente nutritivo nuevo en África, se promovió como algo beneficioso para las familias con casos de VIH/SIDA. La persona que nos escribió nos dijo que la gente en la comunidad dejó de cultivar el grano de amaranto. Aparentemente temían que la gente pensara que lo cultivaban porque tenían en su familia a algún enfermo de SIDA de forma secreta.

Densidad de nutrientes de los alimentos y capacidad de tragarlo sin dolor

Ya consideramos la importancia de una dieta que proporcione todos los nutrientes esenciales en cantidades adecuadas. En algunas situaciones también necesitamos considerar la cantidad de nutrientes por cucharada o por taza. Esto es conocido como la “densidad de nutrientes”. Por ejemplo, la gente gravemente enferma o que se está muriendo de hambre puede perder el apetito. En estos casos, usted necesita que cada cucharada de alimento esté cargada con nutrientes. Cuando los pacientes de SIDA desarrollan una infección del tracto alimenticio de manera que tragar se vuelve doloroso, es importante que cada cucharada que coman contenga toda la cantidad posible de energía y nutrientes.

Los atoles son alimentos generalmente familiares y gustados que están al alcance de los pobres. Se preparan hirviendo semillas o raíces molidas que contienen grandes cantidades de almidón. Por ejemplo, cuando se hierve maíz o yuca o avena, el agua caliente se introduce en los cristales de almidón provocando que estos se expandan y se suavicen—haciéndolos más fáciles de comer. Si no se usa agua suficiente, el atol será pegajoso, espeso y difícil de tragar. El atol espeso puede diluirse con más agua o leche, pero entonces también se reduce la densidad de nutrientes.

Una forma fácil de elaborar atol con una alta densidad adicional que sea mucho más fácil de tragar es usar el proceso de maltear que se aborda en detalle en EDN número 102 (Enero de 2009). Elabore el atol con una mínima cantidad de agua, luego añada ¼ de cucharada de malta de cerveza y revuélvalo. Alrededor de un minuto después el atol espeso y pegajoso se volverá mucho más ralo y, (en algunos casos) hasta líquido. Debido a que el volumen no cambió, el atol resultante contiene la misma cantidad de nutrientes, pero ahora será mucho más fácil tragarlo. Una ventaja adicional es que gran parte del almidón y las proteínas están predigeridas por las enzimas de la malta. En algunos casos están presentes los minerales esenciales que de otra manera serían excretados. El mismo proceso puede ser de mucha ayuda si se tiene que destetar tempranamente a un bebé ya que aún tiene dificultades para tragar atol espeso.

Se puede elaborar un atol especialmente denso en nutrientes a partir de semillas germinadas o molidas de “grano” de amaranto. También se informa que éste es especialmente fácil de tragar para los pacientes de SIDA que presentan infecciones en la garganta. El amaranto cultivado para obtener sus hojas comestibles es ampliamente conocido en muchos países, pero existen especies de amaranto que producen grandes panojas repletas de pequeñas semillas. Las semillas son considerablemente más nutritivas que el maíz, el trigo o el arroz. En el este de África, el especialista en amaranto Dr. Davidson Mwangi demostró que variedades selectas de amaranto convertidas en atol y fermentadas (generalmente también elaborado junto a otros atoles en el área) son especialmente suaves y fáciles de tragar. Además, su nivel nutritivo es excepcional con altas cantidades de proteínas y del aminoácido lisina (que casi no existe en el maíz).

Lea más sobre el grano de amaranto, su creciente popularidad en el este de África y los usos que acabamos de describir en los números 91 y 92. de ECHO. ECHO también tiene una Nota Técnica del amaranto que incorpora buena parte de la información contenida en los artículos de EDN.

 

Cita este artículo como:

Price, M.L. 2010. Opciones agrícolas y nutricionales para personas pobres que viven con el VIH/SIDA. ECHO Notas de Desarrollo n.o 107