Fertilidad del suelo

Todas las plantas necesitan ciertos elementos minerales para un crecimiento, desarrollo y mantenimiento adecuados. La estructura básica de todos los organismos está formada por carbono (C), oxígeno (O) e hidrógeno (H). Las plantas obtienen estos elementos del agua (H₂O) en el suelo y dióxido de carbono (CO₂) en el aire, por lo que no se requiere ningún aporte más allá de estar seguro de que la planta tenga un suministro de agua adecuado para satisfacer sus necesidades. Transformar el H₂O y el CO₂ en bloques de construcción orgánicos; sin embargo, es un proceso complejo que requiere la ayuda de, al menos, otros 13 elementos.

Tres elementos, nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), se requieren en cantidades relativamente grandes y se conocen como primarios o macronutrientes. El N es un componente importante de todas las proteínas, por lo que es parte integral de la estructura de la planta. El P es un componente menor de la proteína, pero es parte integral de las moléculas que controlan el flujo de energía dentro de la planta y es un componente del material genético. El papel del K parece ser el de mantener la concentración de sal correcta en la savia de la planta. N, P, y K, en proporciones variables, son los componentes principales de todos los fertilizantes químicos. Según el origen del fertilizante, sus cantidades presentes se pueden expresar como N, P₂O₅, y K₂O.