Escritor: Dawn Berkelaar
Publicado: 1/7/2004


Leímos un artículo en Appropriate Technology (Volumen 28, No. 3; Julio/Septiembre 2001) sobre agricultores en Níger que usaban tapas de botellas para distribuir pequeñísimas cantidades de fertilizante. A pesar de las condiciones de sequía, los agricultores que usaron esta técnica cosecharon de 50 a 100 por ciento más mijo que los que no la usaron.

En las tapas caben 6 gramos de fertilizante, y se usó una tapa llena para dos o tres plantas. La cantidad de fertilizante utilizada era de apenas un tercio o incluso menos de la cantidad que por lo general se usa en Europa y en Norteamérica.

Níger está en el Sahel, en el norte del Africa Subsahariana. Los suelos en esa área carecen de fósforo (P) y tienen bajas concentraciones de nitrógeno (N) y materia orgánica. Las plantas responden en forma notoria incluso a cantidades pequeñas de fertilizante.

La técnica “Coca-Cola” (así llamada porque las tapas que más se usan son las de Coca Cola) fue promovida en la región por investigadores que trabajan en el Centro Saheliano del Instituto Internacional de Investigación de Cultivos para Trópicos Semi-Áridos (ICRISAT por sus siglas en inglés) en Níger.

Oímos sobre una técnica similar de Daniel Kropf, que nos envió un documento preparado en conjunto con el Proyecto de Desarrollo Integral de Maradi (MIDP por sus siglas en inglés) en Maradi, Níger, e ICRISAT en Níger. El autor describe la técnica como el método de colocación de NPK en aporque. Se mezcló una fórmula de 15-15-15 de NPK con 100 kg de la semilla sembrada. Para el aumento de los rendimientos parecen necesarias dos condiciones: tiene que haber suficiente humedad en el suelo (la humedad en el suelo debe tener al menos 15 cm de profundidad), y la cantidad mínima de NPK que se aplique debe ser de 50 kg/ha. Si la densidad de siembra es de 10,000 golpes por hectárea, cada golpe debe recibir 1 cucharadita o 5 ml de fertilizante.

En Níger, los experimentos fueron hechos por los agricultores que estaban dispuestos a usar una hectárea de de tierra agrícola para el experimento. La mitad de cada parcela fue sembrada tradicionalmente por dos personas (una persona hacía un hoyo aproximadamente cada metro, y otra persona depositaba y cubría la semilla). En la otra mitad de cada parcela, se involucró a tres personas. Una hacía el hoyo, la siguiente echaba el fertilizante y la tercera sembraba la semilla y la cubría.

Al final del experimento, se analizaron 67 parcelas. En general, los rendimientos de control promediaban 234 kg/ha y los rendimientos de la parcela de colocación de NPK promediaban 577 kg/ha—¡un aumento de rendimiento de más del 100%!

En términos económicos, los productores podrían ganar más dinero si vendieran el grano extra, aunque tuvieran que comprar una bolsa de NPK al inicio del ciclo. Los agricultores encontraron que los campos que recibieron aplicaciones de NPK tenían menos maleza (Striga hermonthica) porque el nitrógeno mejoró la fertilidad del suelo.

El autor comentó que el NPK colocado en el hoyo de la planta proporciona a las plantas jóvenes un inicio más rápido más temprano en el ciclo. “El nitrógeno y el fósforo soluble ayudan a mejorar el establecimiento de un buen sistema radicular que puede explotar mejor los recursos del suelo. El nitrógeno se acaba rápidamente a principios del ciclo pero el fósforo sostiene un rendimiento mayor del cultivo a través del ciclo hasta la cosecha”. Leímos en el informe que el nombre Hausa usado por los pobladores para describir la técnica de colocación de NPK en aporque es “Gani Ya Kore Ji”, que significa “ver es creer.”

Cita este artículo como:

Berkelaar, D. 2004. Fertilizante en tapas de botellas. ECHO Notas de Desarrollo n.o 84


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