Escritor: Dr. Edward Berkelaar
Publicado: 20/1/2015


El selenio (Se), junto con el hierro, el zinc, y el yodo es uno de varios micronutientes esenciales que deben consumirse en cantidades suficientes con el fin de mantener la salud humana. El selenio es parte de un grupo de varias proteínas dentro del cuerpo humano que desempeñan un papel importante en la protección de nuestros cuerpos de infecciones. Existen evidencias de vínculos entre el estatus del Se de individuos y el avance del VIH/SIDA en sus cuerpos. Las poblaciones que consumen cantidades insuficientes de selenio pueden estar más en riesgo de morir de infecciones derivadas del VIH; los primeros estudios sugieren que un aumento en el consumo de Se reduce el avance del VIH a SIDA y resulta en menos infecciones secundarias. Por otra parte, si se consume en exceso el Se puede ser tóxico para humanos y otros animales, aunque esto sucede con muy poca frecuencia y usualmente es causado por contaminación en procesos industriales. Este artículo resumirá como estamos expuestos al Se y donde las personas correm el riesgo de consumir muy poco Se. También se sugieren estrategias para aumentar el consumo de Se.

¿Cómo obtenemos selenio?

El selenio está presente de manera natural en muy bajas concentraciones en la tierra y la concentración del mismo varía de región a región. Algunas veces los niveles de Se en el suelo pueden variar en distancias relativamente cortas. Las plantas acumulan Se del suelo en el cual crecen. El selenio entonces es consumido por las personas (o animales de granja) que consumen las plantas. El comer animales (o productos animales como leche o huevos) que han consumido plantas también resulta en el consumo de Se. Muchos factores influyen sobre la cantidad de Se en los alimentos, incluyendo la concentración de Se en la tierra, las condiciones del suelo tales como el pH, la textura de la tierra (arcilla vs arena), el porcentaje de materia orgánica, y el tipo de plantas cultivadas. Distintos tipos de plantas cultivadas en el mismo suelo pueden variar grandemente en la cantidad de Se que captan y almacenan en sus tejidos. El selenio también puede tomarse como suplemento; algunas veces está presente en suplementos de multivitamínicos que contienen minerales. En general la cantidad total de Se consumido está determinada por la concentración de Se en cada alimento consumido y la cantidad de cada alimento que es consumida.

¿Cuánto selenio debemos consumir? ¿Bajo qué condiciones el consumo de selenio pudiera ser demasiado bajo?

Las recomendaciones sobre lo que es considerado un rango saludable de consume de Se varían. De acuerdo con la Food and Nutrition Board del Institute of Medicine of the National Academies, la cantidad diaria de Se recomendada para adultos es de 55 μg/día. Se recomienda que las mujeres embarazadas o lactantes consuman 60 y 70 μg/día respectivamente (NIH, 2013). La Organización Mundial de la Salud ha establecido aproximadamente 26-34 μg de Se por día para adultos como el nivel mínimo de consumo recomendado (FAO/WHO Expert Consultancy, 2002). Consumir menos de esto aumenta el riesgo de sufrir efectos adversos en la salud. El límite superior seguro de consume de Se es alrededor de 450 μg/day. El consumo real de Se varía de país a país (y entre regiones dentro de países), con los consumos más bajos en áreas donde:

  • Las concentraciones de Se en el suelo son bajas y las dietas están compuestas por alimentos cultivados localmente.  En partes de China que se sabe tienen suelos bajos en Se, el consumo de Se estaba en el rango de 2.6 – 11 μg/día, pero era más alto en otras regiones. Quienes viven en áreas con bajo contenido de selenio en Nueva Zelanda consumían 11 μg Se/día. En Finlandia el consumo de Se aumentó de 26 a 56 μg/día después de 1985, cuando se añadieron pequeñas cantidades de Se a los fertilizantes químicos. En los Estados Unidos y Canadá (donde el trigo es cultivado en regiones con niveles naturalmente altos de Se en el suelo) el consumo diario de Se era de 80 a 224 μg/día (EUFIC, 2008).  
  • Se consumen dietas predominantemente vegetarianas.  Un estudio realizado en India sugirió que el consumo diario de Se era de 48 μg/día para los que consumían dietas convencionales, pero era de 27 μg/día para la población de menores ingresos que consumían dietas vegetarianas. Igualmente, en Suecia, quienes consumían dietas vegetarianas consumían 10 μg Se/día, mientras que otras personas que consumían una dieta convencional consumían 40 μg Se por día (FAO/WHO Expert Consultancy, 2002). Un estudio sobre absorción de Se realizado en Malawi, en donde los vegetales que se consumen son bajos en Se, concluyó que la absorción de 20 a 30 μg/día era bastante generalizada (Chilimba et al., 2011). 

Algunos han estimado que entre 0.5 y 1 mil millones de personas a nivel global tienen graves deficiencias en Se, mientras que una cantidad aún mayor puede estar consumiendo cantidades de Se menos que óptimas. Estas personas pueden estar corriendo un mayor riesgo de contraer ciertos tipos de cáncer y enfermedades infecciosas (Coombs 2001).

¿Cuáles son algunos aspectos de la salud humana que surgen como resultado de un consumo insuficiente de selenio?

En esta área es necesario hacer más investigaciones y aún no se ha llegado a conclusiones definitivas. Sin embargo, existe evidencia intrigante en cuanto a algunos nexos entre el bajo consumo de Se y la salud humana.

Enfermedad de Keshan y Kaschin-beck: Los primeros vínculos conocidos entre la deficiencia de Se y la salud humana fue el descubrimiento de que la carencia de Se puede causar la enfermedad de Keshan. La enfermedad de Keshan ocurría en personas viviendo en una región en China conocida por sus extremadamente bajas concentraciones de Se en el suelo. Los síntomas de la enfermedad incluyen fatiga después de ejercicios ligeros y problemas cardíacos como arritmia y palpitaciones e incuso insuficiencia cardíaca congestiva (FAO/WHO Expert Consultancy, 2002). Otra enfermedad llamada enfermedad Kaschin-beck también se observó en niños en esta región de China y se caracteriza por retardo en el crecimiento (huesos de los dedos, piernas y brazos acortados). La incidencia de estas enfermedades en China ha disminuido desde la década de 1970 debido a mejoras en la nutrición.

Cancer: El consume adecuado de Se parece ofrecer protección contra ciertos tipos de cáncer, incluyendo cáncer de próstata, pulmón y colon (Brown and Arthur, 2001).

Función inmune: Investigaciones en curso sugieren que existen vínculos entre el Se y enfermedades infeccionas; la carencia de Se parece aumentar la probabilidad de contraer ciertas infecciones virales. Los investigadores aún están estudiando el vínculo entre el VIH y el Se, pero el VIH claramente causa una disminución en los niveles de Se en la sangre, la cual a su vez está relacionada con la tasa de avance del VIH para convertirse en SIDA y con la mortalidad relacionada con esto (FAO/ WHO Expert Consultancy, 2002).

¿Cómo puede aumentarse el consumo de selenio?

Existen varias maneras de aumentar el consumo de Se en la población. Pero tenga cuidado – cualquiera que sea el método recuerde que el Se puede ser tóxico cuando las exposiciones al mismo son demasiadas altas. Existe solamente una ventana de casi diez veces entre no suficiente Se (menos de 60 a 70 μg/día) y demasiado Se (más de 450 μg/día).

Suplementos de selenio: Una opción es proporcionar suplementos a quienes se sospecha tienen una dieta baja en Se. Esta no es una gran solución en el largo plazo y no ayuda a las personas en las primeras etapas de ciertas enfermedades pero si usted está trabajando con personas que son VIH positivas no hará ningún daño suministrar suplementos de Se.

Procesamiento de alimentos: En muchas partes del mundo se añaden ciertos minerales a los alimentos durante su procesamiento para asegurar un suministro adecuado de estos elementos en la dieta humana. Por ejemplo, algunas veces se añade yodo a la sal y hierro a la harina de trigo. Si usted vive en una región con baja presencia de Se y existe un alimento básico que es procesado de manera centralizada (p.ej. harina?), considere si es posible o no añadir pequeñas cantidades de Se. En algunas partes de Norteamérica y Europa los alimentos para animales son suplementados con pequeñas cantidades de Se tanto para la salud de los animales como para aumentar el contenido de Se en productos animales tales como los huevos o la leche (Melse-Boonstra et al., 2007). Como en los humanos, el ganado también puede sufrir de efectos negativos debido a la insuficiencia de Se.
 

Prácticas agrícolas: Se pueden emplear técnicas para aumentar la cantidad de Se en el suelo y para aumentar su biodisponibilidad para las plantas. En algunas regiones (p.ej. en Finlandia) se añade Se a los fertilizantes químicos con el fin de aumentar la cantidad de Se en los alimentos. El selenio está presente en el compost y en los abonos animales, de manera que mantener altos niveles de material orgánica en el suelo puede ayudar a aumentar el suministro de Se. El pH del suelo también es importante, de alguna manera similar al fosfato, si los suelos son ácidos el Se que está presente en el suelo es absorbido con menos facilidad por las plantas. La materia orgánica puede amortiguar los cambios en el pH y añadir cal puede aumentar el pH en el suelo.

Dieta: Plantas que son cultivadas en la misma parcela pueden diferir en la cantidad de Se que acumulan y almacenan en sus tejidos. Muchas frutas y vegetales contienen bajas concentraciones de Se. Sin embargo las plantas del género Brassica (p.ej., el repollo) y Allium (el ajo y la cebolla), ciertas leguminosas y nueces (especialmente nueces de Brasil) tienden a acumular grandes cantidades de Se. Los hongos pueden contener también cantidades más altas de Se. El pescado y la carne (especialmente la carne orgánica) también tienden a ser más ricos en Se. En una encuesta sobre alimentos básicos en Malawi y Mauritania se encontró que la mayoría de los vegetales contenían menos de 1 μg Se/ 100 g del vegetal. Las concentraciones más altas de Se se midieron en el garbanzo (Cicer arietinum; 138 μg Se/100 g), gandul (Cajanus cajan; 93 μg Se/100 g), soya (Glycine max; 78 μg Se/100 g), y haba de Lima (Phaseolus lunatus; 53 μg Se/100 g). La concentración de Se en productos animales varió de ~ 10 a 70 μg Se/100 g. (Melse-Boonstra et al., 2007). En el mismo estudio se analizó el contenido de Se en cereales. La harina de maíz y el arroz contenían 2.5 y 2.4 μg Se/100 g respectivamente, mientras que las harinas fabricadas con mijo y sorgo contenían 8.0 y 9.3 μg Se/100 g respectivamente. Como en el caso de los otros cultivos, si bien distintas especies pueden acumular Se con distintos niveles de eficiencia, la cantidad de Se biodisponible en el suelo tendrá un impacto significativo en la cantidad de Se en los cultivos de granos. La reciente disminución en el consumo de Se por parte de los europeos se cree que fue causada por el cambio en el consumo de granos cultivados en Europa en vez de granos cultivados en Norteamérica, donde estos se cultivan en suelos ricos en Se (Haug et al., 2007).

Conclusión

El consumo de cantidades suficientes de Se es muy importante para mantener la salud. Las concentraciones de selenio en el suelo y la biodisponibilidad de Se son variables. Las plantas también muestran variaciones en su capacidad de acumular Se en sus tejidos. Estos factores hacen muy difícil hacer recomendaciones generales. Si el sitio donde usted vive y la dieta típica del área sugieren un consumo de Se menor del nivel óptimo, las estrategias mencionadas en este artículo pueden funcionar para aumentar el Se en la dieta. Los lectores que sospechen que pueden estar viviendo en una región baja en Se y quisieran más información al respecto pueden consultar las referencias que se presentan a continuación y también pueden contactar en ECHO al autor del artículo, Edward Berkelaar.

Literatura citada

Brown K M and Arthur J R. 2001. Selenium, selenoproteins and human health: a review. Public Health Nutrition 4(2B): 593-599.

Chilimba, A D C, Young, S D, Black, C R, Rogerson, K B, Ander, E L, Watts, M J, Lammel, J, and Broadley, M R.  2011.  Maize grain and soil surveys reveal suboptimal dietary selenium intake is widespread in Malawi. Scientific Reports. 1:72: DOI:10.1038/srep00072.

Coombs G F Jr.  2001.  Se in global food systems.  British Journal of Nutrition.  85: 517-47.

EUFIC, 2008.  Selenium in the Diet.  Published by the European Food Information Council.  Retrieved from www.eufic.org/article/en/diet-related-diseases/cancer/artid/Selenium-in-the-Diet/ on June 16th, 2014.

FAO/WHO Expert Consultation.  2002.  Human Vitamin and Mineral Requirements. (Chapter 15: Selenium).  Retrieved from www.fao.org/DoCREP/004/Y2809E/y2809e0l.htm, on June 16th, 2014.

Haug, A, Graham, R D, Christophersen, O A, and Lyons, G.  2007.  How to use the world’s scarce selenium resources efficiently to increase the selenium concentration in food.  Microbial Ecology in Health and Disease 19:209-228.

Melse-Boonstra, A, Hogenkamp, P, and Lundu, O I.  2007.  Mitigating HIV/AIDS in Sub-Saharan Africa through Selenium in Food.  Published by the Golden Valley Agricultural Research Trust.  Retrieved from http://www.gartzambia.org/files/Download/Report%20Se.pdf, on June 16th, 2014.

NIH, 2013.  Selenium Dietary Fact Sheet.  Published by the National Institutes of Health Office of Dietary Supplements.  Retrieved from http://ods.od.nih.gov/factsheets/Selenium-HealthProfessional/ on June 16th, 2014.
 

Cita este artículo como:

Berkelaar, E. 2015. El selenio y la salud humana. ECHO Notas de Desarrollo n.o 126