Estrategias para ayudar a pre- pararse y responder a desastres

Ecos de Nuestra Red: Creciente interés en la chaya

Del Banco de Semillas de ECHO: Caupí: Foco sobre las variedades multipropósito 

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Estrategias para ayudar a prepararse y responder a desastres

Dawn Berkelaar

 

 ¿Qué pasa si usted está trabajando en una comunidad cuando ahí ocurre un desastre? ¿Qué pasos puede usted dar en una situación tal de manera que lleven hacia la recuperación? Y ¿qué acciones se pueden tomar de antemano para minimizar el daño derivado de un evento de gran escala y catastrófico como el tifón Haiyan que devastó grandes áreas de Filipinas a inicios de noviembre de 2013? 

De acuerdo con la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, 13 millones de personas fueron afectadas por el tifón Haiyan (o Yolanda) y cuatro millones fueron desplazadas. El tifón dañó la principal cosecha de arroz en las áreas que fueron afectadas e interrumpió la siembra de la cosecha secundaria de arroz (www.fao.org/news/story/en/item/206856/icode/).

La necesidad inmediata después de semejante evento desastroso son suministros de socorro, incluyendo alimentos, agua y refugio. En el caso del tifón Haiyan, la FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas) también planeó el suministro de semillas de arroz, maíz y hortalizas, herramientas, fertilizante y equipo de riego para los productores. 

Luego de los esfuerzos iniciales de socorro, debe comenzar el proceso de reconstrucción en la medida que el socorro se convierte en desarrollo. 

¿De qué factores debe estar consciente un cooperante local para el desarrollo cuando se trata de prepararse para un desastre? Para obtener perspectivas que fueran ampliamente aplicables, contactamos a cuatro personas que tienen experiencia trabajando con personas desplazadas y no asentadas ya sea después de un desastre natural o desastres post-conflicto: 

R. Darrell Smith es el Director Ejecutivo de Global Environmental Relief

Robin Denney trabajó en situaciones post-conflicto en Liberia y Sudán del Sur.

Laura Meitzner Yoder trabajó en Aceh, Indonesia, luego del tsunami de diciembre de 2004 y en Timor del Este en los años posteriores a la independencia.

Rhoda Beutler estuvo involucrada en los trabajos de socorro luego del terremoto de 2010 en Haití, aunque ella no estaba físicamente en Haití al momento del terremoto. Ella también conoce a mucha gente que estuvo bastante involucrada en los esfuerzos de recuperación en Haití. 

A continuación compartimos sus aportes junto con información proveniente de presentaciones y documentos. 

Creciente interés en la chaya

Recientemete leímos correspondencia de Penny Rambacher, R.D., una dietista registrada que trabaja con Miracles in Action en Guatemala. Hace alrededor de ocho años, el Presidente de ECHO en ese entonces, Dr. Martin Price, sugirió a Penny que la reintroducción de la chaya podría ser una manera importante de tratar la desnutrición dentro del país. Desde entonces ella ha recolectado bastante información sobre la chaya y encabeza una red de personas (a quienes ella llama ‘Chaya Chums’) que también promueven la chaya. Penny compartió lo siguiente. 

“La chaya, a veces referida como el ‘Árbol Maya de Espinaca,’ has gustado tanto que ha habido artículos sobre ella en los principales diarios de Guatemala y las estacas son de alta demanda. Tenemos cuatro ‘fincas de chaya’ para suplir estacas en la actualidad y aún no logro satisfacer la demanda. Hemos impartido clases y talleres de cocina para ONG, programas sociales del gobierno, grupos de mujeres y a quien quiera escuchar. Nuestra presentación en Power Point será subida a nuestro sitio en la red a finales de 2014”. 

Caupí: Foco sobre las variedades multipropósito

Dr. Tim Motis

El caupí (Vigna unguiculata) es una leguminosa versátil cultivada para el consumo humano así como también para la mejora de suelos y forraje para animales. Es el segundo grano leguminoso más sembrado en África (National Research Council, 2006). Aunque se cultiva en el trópico y por tanto es familiar para los pequeños productores, casi con seguridad existen variedades que los productores de un área dada no conocen y que podrían mejorar la resistencia y productividad de sus campos. 

La mayoría de los tipos de caupí cultivados por productores en pequeña escala en el trópico han sido ya sea variedades de maduración temprana cultivadas como legumbre (frijoles secos) o de maduración tardía cultivadas principalmente por sus enredaderas que son usadas como forraje 

para animales. Algunos productores nigerianos han aumentado sus ingresos anuales en un 25% a través de la venta de forraje de caupí durante el pico de la temporada seca (Dugie et al., 2009), cuando el ganado tiene poco pasto. En años recientes se ha visto un énfasis en la investigación —por parte del Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA), por ejemplo— sobre variedades de doble propósito con un aumento de la producción tanto de granos como de biomasa vegetativa. 

Las variedades de doble propósito generalmente poseen un hábito de crecimiento más diseminado o semi-erecto, que las variedades erectas tipo arbusto seleccionadas para las cosechas mecanizadas. Tal como se mencionó anteriormente, el aumento de biomasa es útil para forraje animal. El crecimiento extenso de la enredadera de una buena variedad tipo rastrero puede también desempeñar un papel importante como abono verde, siempre y cuando se deje algo de la biomasa en el campo. En el trópico cubrir los suelos es especialmente importante donde están sujetos al calor intenso del sol. 

Investigaciones de ECHO realizadas en Sudáfrica han demostrado el impacto benéfico de la variedad de caupí de enredadera larga sobre la fertilidad del suelo. Por 6 meses después de la siembra se semilla sin insumos de fertilizantes y precipitación de lluvia de <700 mm en un suelo con el 87% de arena, una variedad de caupí de crecimiento bajo (IT98D-1399) de AVRDC/ICRISAT-Níger produjo 3.4 t/ ha de biomasa seca, encima del suelo cuando plantamos en un espaciamiento de 50 X 50 cm. Esa cantidad de biomasa contenía 90 kg/ha de nitrógeno. Cuando las enredaderas se dejaron sobre la superficie del suelo la concentración de nitrato en el suelo—seis meses después de sembrar las semillas de caupí—aumentó de 7-8 partes por millón (ppm) en suelo descubierto y en parcelas maleza-barbecho a 14 ppm con caupí.