Las actividades sanitarias a pequeña escala (como los puestos sanitarios rurales, puestos de vacunación, puestos de salud reproductiva, clínicas sanitarias móviles, programas de atención sanitaria de emergencia, clínicas urbanas y pequeños hospitales) proporcionan importantes y a menudo críticos servicios de atención sanitaria a individuos y comunidades que de otra forma tienen poco o ningún acceso a dichos servicios. Los servicios médicos y sanitarios que proporcionan mejoran la planificación familiar, fomentan la salud infantil y adulta, previenen enfermedades, curan enfermedades debilitadoras y alivian el sufrimiento de los enfermos terminales. Sin embargo, la gestión adecuada de los residuos asociados con estos servicios e instalaciones es limitada, especialmente en las instalaciones en pequeña escala en de los países en desarrollo.

En los países en desarrollo, es una práctica común eliminar los residuos sanitarios (HCW, por sus siglas en inglés) junto con los desechos sólidos generales y enterrar HCW sin un tratamiento previo. Algunos generadores de HCW queman los residuos en incineradores dedicados a ello en sus instalaciones, pero a menudo no los operan en la forma correcta. Otros utilizan incineradores en pequeña escala o formas menos efectivas de tratamiento, como fosas de quema descubiertas o barriles de quema, generando emisiones tóxicas al aire y humo. Fármacos y productos químicos no deseados/vencidos pueden mezclarse con residuos generales o desecharse incorrectamente, algunas veces en los sistemas locales de aguas residuales, incluidos los sistemas de alcantarillado, los tanques sépticos o las letrinas.